2/2/18

Ricardo Ontañón comenta el concierto de Eastman Dúo en el Centro Botín

El grupo ganador del CMCET 2017 cumplía con su cita en el Centro Botín de Santander, en virtud de la colaboración cultural entre el Ayuntamiento de Arnuero y la Fundación Botín por la cual los ganadores del certamen son invitados a ofrecer un concierto dentro de algunos de los programas de la Fundación para promoción del talento de los jóvenes. Y ante un auditorio lleno, este jóven dúo no defraudó, desarrollando un concierto de altísimo nivel. Reproducimos a continuación la crítica que nos ha hecho llegar Ricardo Hontañón.

"PARA ROSA RUIZ 
RICARDO HONTAÑON 
El concurso Ecoparque de Trasmiera es ya uno de los eventos con singular relevancia en la vida musical de Cantabria. Los ganadores en sucesivas ediciones demuestran que su interés va in crescendo. El año pasado se alzó con el Primer Premio el norteamericano Eastman Duo formado por el violonchelista Henry Chen y la pianista Edith Vidayani que en el ciclo Creando futuro del Centro Botín ha demostrado sobradamente su más que buen nivel a través de un exigente programa bien articulado, exento de gangas efectistas, en el que hubo tanto virtuosismo como musicalidad. 
Es verdad que la tarde en el auditorio de esta institución fue de menos a más. Y esto porque si la poco conocida Pohadka de Leos Janacek que sirvió de arranque fue traducida como mero trámite en la que no fueron abundantes los acentos expresivos. Las cosas cambiaron totalmente con la Piezas de fantasía op. 73 de Robert Schumann, a las que dotaron de altos vuelos poéticos. Hubo afinación y empaste entre los dos instrumentistas con impecable ajuste entre ambos que enlazaron con tres piezas de Gabriel Fauré, de las que con su Romance alcanzaron uno de los mejores momentos. Al sonido redondo y pulido del chelista se unió la clara articulación de la pianista quienes tuvieron el acierto de incluir dos ejemplos de la música española. Fueron la Serenata y los conocidos Requiebros de Gaspar Cassadó, estupendamente comprendidos y que fueron dedicados a Pablo Cassals. Como colofón de la tarde la densa segunda sonata de Johannes Brahms traducida muy bien conceptualmente sobre todo el Adagio en el que hubo detalles de buen gusto. Fue una buena prueba indicativa de un dúo que tiene un luminoso futuro."


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